el hacedor

F.G.LASAOSA

Blanco, al límite. El pedazo de acero le arrebata la respiración al pasarlo cerca de la cara, centellea al golpearlo contra el yunque, y permanece inmóvil.

Se ha detenido en un momento en el que no podía detenerse...Pero se ha detenido. Algo le ha alertado de que ha llegado sin pensar hasta ese punto. Siente que carece de historia el lance en que se encuentra.

Devuelve el acero al centro de la llama y cambia por otras planas las tenazas de boca de cangrejo. Envarado por el miedo al vacío que sabe a sus espaldas, apura a la memoria a construirle un puente sobre el tiempo...

EL HACEDOR DE LOS SUEÑOS DE ACERO

 

 

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